NARANJAS DE LA CHINA
Como una especie de impulso acabo de comerme una mandarina. Es domingo y son las ocho de la tarde, un poco tarde para merendar y, por estos lares, un poco pronto para cenar. Me he acordado de vosotros, de nuestra conexión a través del mundo naranja, y me ha venido la idea de contaros de dónde viene la expresión: naranjas de la China.
El detonante ha sido una escena de la serie televisiva Versailles que estábamos viendo mi hija y yo en Netflix. Luis XVI, explicaba a sus invitados el origen de los naranjos de su jardín. Repetía las palabras del jardinero con orgullo, con aires de grandeza histórica: “Son árboles de raíces fuertes que perdurarán en el tiempo, sus semillas vienen de Asia, de la China…” Efectivamente eran naranjos ornamentales, naranjos agrios y, sí, el origen de la naranja es Asia, la China.
Hace miles de años, ya miles antes de que naciera el rey Sol, en el sur de China se cultivaba el naranjo y, de ahí se expandió por todo el sudeste asiático. Gracias a la conocida como Ruta de la Seda, siguió proliferando su expansión por todo Oriente, por la India y hasta Europa donde entró a través de Al-Andalus, por aquel entonces más o menos la mitad sur de la actual península Ibérica. Se cuenta que el atractivo de sus frutos y el aroma de sus flores enamoraban a los viajeros y, así, iba conquistando terreno para dejarse cultivar. Pasaría aún mucho tiempo antes de llegar a las primeras naranjas dulces o naranch cultivadas por los árabes, las que los persas llamaban arang .
Volvemos a la China para recordar nuestro propósito: la expresión naranjas de la China. Como sabemos, se cultivan muchas variedades de esta fantástica fruta y también las hubo en los primeros cultivos de naranjas dulces. Las conocidas como de la China son las que identificamos comúnmente como mandarinas, las más pequeñas, las que se pelan con las manos dirían los niños. Así pues, como las cultivadas en el conocido gigante asiático eran las de menor tamaño, a las mandarinas, por su tamaño, también se las llamaba naranjas de la China.
Muy viajera pues es nuestra amiga la naranja, de muy lejos llegó hasta nosotros y nosotros os las llevamos hasta vuestro hogar. ¿Os ha parecido interesante? A mí, sí. El mundo naranja me alimenta cada vez más la curiosidad pues me cuenta tantas historias…
¡Hasta la próxima y felices zumos!