LAS NARANJAS VALENCIANAS
Naranjas y limones, cítricos en general, encontramos en la actualidad en un sinfín de países pero, - sí, hay un pero,- como las valencianas, pocas, bien pocas. ¿Por qué? Muchos son los factores que podemos utilizar para argumentar nuestra afirmación. Yo me quedaría con la del benévolo clima y el amor a la "terreta" (la tierra en sentido cariñoso y familiar) de los agricultores valencianos pero eso lo dejamos para otro momento pues hay más.
Aunque no somos los mayores productores y exportadores en estos momentos, sí lo somos en cuanto a productores de naranja para el consumo como fruta, como postre, como tentempié, como golosina natural entre horas, como almuerzo saludable, como merienda nutritiva, como mejor desee cada cual. Según el Fresh Produce Desk Book un 45% de la manufactura europea corresponde a España, mucha ¿no creen? La mayor parte de las cosechas de los líderes de la producción mundial, Brasil, Estados Unidos y México, es destinada a zumo concentrado congelado. China, el cuarto de la lista, produce para consumo propio y, los quintos a pesar de contar con una extensión mucho más reducida, somos nosotros, que año sí año casi que también, igualamos al gigante amarillo. Las naranjas valencianas como zumo recién exprimido son inigualables y como fruta sublimes, de otra forma no se entendería la demanda. En este rincón del planeta Tierra los astros nos han bendecido con un amable y cálido clima. El resultado es que al punto ácido de todo cítrico le acompaña, como si de un intenso abrazo se tratase, un dulzor fresco que lo armoniza. Y, señoras y señores, así son las Naranjas de Cullera: sublimes al paladar porque en su punto justo se recogen para llegar casi ipso facto a sus hogares.
Hasta pronto amigos.